¿Qué sueños puede esconder un niño que aún no sabe que algún día su voz resonará como bajo en los coros?
Para
él, la respuesta siempre estuvo en la música, que ha sido su idioma
secreto desde que tiene memoria. Antes de aprender a multiplicar o a
comprender el mundo, ya sentía que un pequeño piano y unas cuerdas
podían cantar y que su voz podía contar historias.
Nacido
en Guayaquil, en una madrugada de julio, cada etapa de su vida ha
tenido un escenario, un instrumento y una melodía que contar.
A
los siete años comenzó a forjar su pasión en el Conservatorio Nacional
de Música Antonio Neumane, donde la guitarra se convirtió en su primera
compañera de aventuras sonoras. Más tarde, a los veintiún años, un viaje
a Rusia para estudiar ingeniería le permitió participar en eventos
musicales junto a la directora musical de su universidad, descubriendo
nuevas formas de expresión y disfrutando la música en un entorno
completamente distinto.
De
regreso en Ecuador, retomó su relación con la música al estudiar
batería y decidió ingresar al coro de la academia Musikalia,
consolidando su pasión coral. Desde entonces, ha compartido su voz en
varios festivales y escenarios como la Casa de la Música, la Casa de la
Cultura, la iglesia La Dolorosa, Basílica, Festival guaguas cantores,
Gala lírica Italiana, Gala del mes Franz Liszt, como miembro del coro
Musikalia, del coro Orquesta Ciudad de Quito y actualmente del coro Voz
Nova, transmitiendo emoción, identidad y la magia del arte musical a
cada público.
Hoy, su
trayectoria refleja más que un recorrido artístico: es la historia de
alguien que busca compartir la música con entrega y sencillez, donde
cada nota es un gesto de conexión, aprendizaje y gratitud hacia quienes
lo escuchan.
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